Un 14 de febrero…años ha
by lourdeschamorrocesar
Tenía yo 15 años cuando recibí por correo, desde los Estados Unidos, una tarjeta inmensa, amarillo brillante, adornada de corazones rojos.
Para Usted, señorita…me dice el cartero en la calle, casi en la puerta de mi casa. Me extiende un inmenso sobre amarillo. Era tan grande que no cabía en su mochila de cartero y por lo tanto la traía debajo del brazo. Cómo no se cae de la bicicleta, pensé, al verlo que la maniobraba solamente con una mano…
En vez de entrar a mi casa, crucé la calle corriendo con la tarjeta en mano y golpeé la puerta de la casa de mis primas las Lacayo, emocionada al leer el remitente. Alguien, desde su recién estrenada circunstancia de universitario, me recordaba y me lo estaba dejando saber con tremendo detalle. Reconozco hoy, que un motivo más serio que ese pensamiento, es el que me hizo ese día correr donde ellas…el misterioso mensaje que en grandes letras rojas leía: Happy Valentine’s Day.
¿Qué es esto? Les pregunté, enseñándoles la flamante tarjeta ¿Saben lo que dice ahí en inglés?
No sé, me dice una de ellas. Ni idea, vamos donde Cristo, él debe de saber. Cristo, el dueño de uno de los kioskos del Parque Central que vendía las leches malteadas rosadas más deliciosas del mundo (como si hubiera probado yo otras para decirlo). Por supuesto que Cristo tampoco supo traducir la leyenda de la tarjeta, pero le cayó muy en gracia y nos invitó a una leche malteada.
Regresamos a la casa de las primas con nuestro tesoro importado directamente de los USA. Digo nuestro tesoro, porque para entonces, la tarjeta ya era de todas, la emoción y el misterio se habían apoderado del vecindario. Entre risitas de complicidad, curioseamos al revés y al derecho la inmensa y colorida tarjeta. Era hipnotizante todo el asunto y ¡estaba escrita en inglés, con sellos de correo de los USA! Ni mis amigas podían creerlo…¡Una tarjeta que llegaba desde aquellos lugares tan sofisticados! Me emocioné, lo reconozco, pero el misterio del mensaje “Happy Valentine’s Day”, se elevaba por sobre toda otra atracción ¿Quién es Valentine? Nos preguntábamos ¿Y esos corazones rojos?
Imposible adivinar lo que significaba la leyenda en inglés, y aunque sabíamos lo que significaba HAPPY y DAY, el VALENTINE era lo que nos enredaba ¿quién será Valentine? Y así, entre curiosa y frustrada, regresé a mi casa, a la vez que feliz de saber que al otro lado del mundo alguien me pensaba. Intrigada y frustrada por el mensaje en inglés que ni mi abuela, ni mi nana, ni Cristo, ni mis inteligentes primas de enfrente habían podido descrifrar, la guardé en mi ropero de caoba planeando dormir con ella al lado de mi almohada, aunque no supiera lo que la leyenda significaba. Hoy pienso lo fácil que hubiera sido saber su significado, gracias a mi mejor amigo, GOOGLE.
Por la noche, finalmente uno de mis hermanos que tenía una novia medio gringita, satisfizo mi curiosidad y develó el misterio de la leyenda. Hasta Cupido saltó con su arco y su flecha.
Así fue cómo a mis 15 años, mi conocimiento provinciano del mundo para ese tipo de celebraciones, se sofisticó en cierta forma, haciéndose parte de las mías y la tarjeta se volvió famosa entre mis amigas y yo, me sentía importante por haber sido la escogida por el destino para descubrir e introducir desde ya a mi calendario y al de mis amigas, una fecha más para celebrar y ¡qué fecha!
Al mismo tiempo, supe lo que significaba tener un enamorado platónico al otro lado de mi mundo, pués parece que el único propósito de esa tarjeta, fue hacerme saber que existe un día especial para celebrar el amor y la amistad.
Hoy, la tarjeta, su leyenda y el nombre del remitente, inevitablemente forman parte de un recuerdo sublime y puro que permanece en mí, inalterable.
Lourdes Chamorro César
14 de febrero del 2013
Que historia tan tierna y llena de mariposas de esa epoca de los 15 anios. Recibir una tarjeta por correo en esa epoca en que el cartero lo haria quizas una vez en la vida fue un suenio real para la princesita de 15 primaveras.
Lo encuentro tan cierto eso de querer averiguar quien era Valentine pues esa fecha cuando aquello no era tan popular y ni se practicaba tan intensamente como se hace en estos tiempos.
Un relato lleno de muchisima inocencia y espontaneo el instinto de la curiosidad por averiguar por Valentine.
Me encanta como escribes Lourdes, tienes la gran capacidad de transformar las cosas simples en sentimientos llenos de gigante magnitud y ternura. te felicto y dejo un gran abrazo.
Y tú, Flor de Lis, tienes la magia de motivarme. Lindas palabras. Son mi recompensa. Infinitas gracias amiga.
Bandida, no nos dejaste el nombre del galán!
Eso es un secreto bién guardadito, Silvia. Algún día compartiré ese secreto, hehe…un abrazo.
Regia tu narración Lourdes, casi te veo corriendo a enseñar tu bella tarjeta llegada de los USA. Cuánta emoción Dios mío!!!!! Pienso que a muchas nos hicistes retroceder a “nuestros años mozos”. Te aseguro qu muchas vivimos historias parecidas, sólo que tú nos deleitas con tus escritos que da gusto leerlos de principio a fin. Me encanta que te guardes el nombre del remitente, a lo mejor más adelante en otro de tus bellos relatosesa incongnita quede despejada, Ja,ja,ja. Disfruto cada uno de tus escritos. Un abrazo fuerte amiga.
Aunque ya me habían leido esta historia -no sé si puedo decirle así a la prosa- quise leerla yo en silencio y le encuentro cosas nuevas, mucha inocencia y ternura…uno lee con una sonrisa. ¿Quién será el tal Valentine?…