Cuando ya el alma no hable

Cuando la ausencia es el lecho
y el silencio la almohada
de una presencia amada…

Cuando el cielo es gris
y la amenaza de lluvia es eminente
en vez de diáfano y transparente…

Cuando muy dentro de la razón
un pájaro carpintero del árbol sensitivo
martilla  su tronco fuerte…

Cuando llegamos ávidos de sed al río
pero el orgullo en los labios,
para mojarlos, es impedimento…

Cuando mil preguntas el alma inquietan
y no quieres  inquirir
presintiendo que no hay respuestas…

Cuando llega la noche
y cien fantasmas se acercan
haciendo alardes entre piruetas…

Cuando finalmente algo se dice
por cuestión de cortesía
y las palabras son gélidas, esquivas…

Cuando esto y más nos invade
tempestivamente el alma,
es tiempo bajo el cielo
de guardar silencio
y en Dios, buscar la calma…

Deja ir entonces
lo que pinta de gris tu cielo.
Acalla el pájaro carpintero,
sella los labios y aléjate del río,
tus preguntas guarda
y que desfilen los fantasmas
cuantas veces quieran.
Hacen menos daño que el frío.

Cuando ya el alma no hable,
seca con honor tus lágrimas,
recoge del silencio
el color azul del cielo,
empaca con instantes tu maleta,
vístete de valiente
y entonces, vete.

Lourdes Chamorro César.
8 de enero de 2011.