Armonía perfecta entre mi inquietud y mi impaciencia.

Armonía perfecta entre mi inquietud y mi impaciencia.

Este es un primer paso para la sofisticación de esta hazaña cibernética. Leandro mi hijo me sorprendió con este regalo el propio día de su cumpleaños, hoy 23 de noviembre del 2011. Tremendo  reto el que me estoy imponiendo, pero estoy segura lo dsifrutaré, tanto en el proceso de su descubrimiento animado por la inquietud, como en el resultado final apoyado en la arisca paciencia que me arrebata. Espero que pronto, mi inquietud y mi paciencia encuentren armonía, así me sea mas fácil el comienzo de este novel compartir. Y como soy buena para administrar la inquietud que me rebasa y mas todavía para sostenerme en la impaciencia que me impulsa, estoy segura que la armonía que necesito para recorrer estos modernos y sofisticados rincones, la encontraré en mi propio acaecer. Gracias Leandro. Gracias de antemano a quienes de buena fe visiten mi nuevo BLOG. Flamante pero sencillo; alegre y original; así lo quiero, y así lo lograré. Lourdes.

Hoy 10 de enero de 2012, después de posponer mi entusiasmo por la idea de tener mi propio blog, regreso. Admito que dejé el asunto de la inquietud e impaciencia a un lado y que después de tratar y tratar, le pedí a Leandro que en diciembre me explicara cómo usarlo, porque me fue casi imposible para mi sola. No le encontré ni cabeza ni pies. Lo olvidé prácticamente y aunque nunca me rindo, simplemente esperé a que llegara la Navidad, donde nos reuniríamos los cinco hijos y los cinco nietos, para que me ayudaran a descifrarlo. Cual fue mi susto que el 24 de diciembre, después de desempacar cajas tras cajas, una dentro de otra como aquellas muñecas rusas, una tarjetita pequeña y arrugada saltó de la última caja desempacada. Era la dirección de esta página web. Las lágrimas brotaron irremediablemente. Mis hijos, decidieron hacerme este maravilloso regalo. Leandro y Alberto fueron los de la idea y Gabriel es el que la diseñó, por supuesto que ayudado por Enrique, Lila,  Alberto y Leandro. Enrique mi esposo  y Don Enrique mi suegro, cómplices deliciosos de esta hazaña, contribuyeron muchísimo para que mi página estuviera ya con retoños de mi propia inspiración, insertados y plasmados el propio día de Navidad.

Al día siguienteme, el 25 de diciembre, me “impartieron” clases sobre cómo manejarla correctamente y a pesar de ello, todavía de vez en cuando hago alguna pequeña trastada, lo cual me hace llamarlos a todos, porque se que los encontraré dispuestos a ayudarme.

Quiero agradecerle a Dios por tantas bendiciones que me ha dado en esta vida, comenzando por la mas valiosa de todas, como es mi familia. Y les agradezco a mis cinco hijos, Lila María, Enrique, Alberto, Leandro y Gabriel, por este regalo maravilloso que con lágrimas de gozo confieso hoy,  ha compensado y de sobra, todos aquellos que no recibí en mi niñez, porque quedaban en deseos expresados en mis cartitas al Niño Dios y esto no sucedía así porque nuestro Niño Dios así lo quisiera, sino porque al morir mi madre a muy temprana edad, mi pobre abuela y mi papá, me imagino que tenían otros asuntos mas importantes que atender. Gracias Dios Mío por ser tan Generoso conmigo. Espero nunca defraudarte.

Lo de armonía perfecta entre mi inquietud y mi impaciencia, necesitaba un empujón de esos de la familia de un tsunami y mis hijos así lo supieron. Aquí está el resultado.

Lourdes Chamorro César

10 de enero de 2012