Una bomba en el zapato

by lourdeschamorrocesar

La máscara en forma de zapato
o un zapato en forma de máscara.
Un cerillo remojado,
azufre,
un grito,
dos,
gemidos,
desconcierto,
inerte el caos,
saltos ágiles,
caudal de reacciones,
un cinturón Eddie Bauer,
incertidumbre,
pánico educado,
ignorante pánico,
prudente,
el tiempo inmóvil,
una inyección cargada de sueño.

Silencio. Estruendoso silencio.
Oa, sin moverme, sin reírme…

Un libro estrujado entre los dedos.
La máscara cae frente a los valientes,
el monstruo de seis pies siete pulgadas
se sumerge en su primer sueño.

Escoltas con alas acechan los cielos.
Limbo,
sed,
cinturones abrochados.
Nadie escucha música,
ya nadie lee.
Son todos sospechosos.
¡Inocentes!

El monstruo se mueve,
bosteza,
contorsiona,
y otra dosis de sueño
lo ahonda en la inconsciencia.

El cabello, ensortijado,
recogido al cuello,
sirve de brida.
Tripulantes y pasajeros
toman turno
para sostenerla.

Lentas  horas surcando cielos.

Ya en tierra,
a la sombra de mecánicas alas,
el cinturón Eddie Bauer
de sus muñecas, en pedazos,
al suelo cae,
dando paso
a metálicos grilletes.
Son todos sospechosos.
¡Inocentes!
Pasaportes,
maletas,
pizza,
Coca Cola
y de espera
muchas horas.

Cansancio,
adrenalina reprimida,
angustia,
incertidumbre,
realidad,
paz,
y una Virgen de Fátima
peregrina,
llegando al tiempo
a  nuestro hogar.

Cárcel y más cárcel
para el monstruo.
Vida y más vida
a los valientes;
entre ellos
mis dos hijos
y mi esposo.
Y en medio de todos ellos
—Hoy de rodillas me postro—
¡Cómo no agradecer!
¡MI DIOS TODOPODEROSO!

¿Y el cinturón?
¡AH! El cinturón
era de uno de los míos.

Lourdes Chamorro César
Managua, 23 de diciembre de 2001