Carta de la Gumer a Demetrio
by lourdeschamorrocesar
Demetrio, simplemente Demetrio.
Tengo que sacarme todo esto que me apretuja demasiado entre el pecho y la columna. Es que me sofoca y no me deja ni dormir por la noche. Por mas fuerza que hago para cerrar mis ojitos, es bien diferente mi dormir en las noches, desde que me dejaste así, entre que si y que no, entre que no sé qué me pasa y que te pasa, entre que si te busco y no me buscas. Ya no pego ojo, se despegan cuando los quiero mantener dormidos.
Vos sabes Demetrio que ni terminé la primaria, entonces me tuve que arrimar a la Marina que ella si terminó la primaria y me prestó un librote bien grande y del grueso de una mazorca de elote para que rebuscara ahí, algunas de las palabras que nunca me aprendí porque nunca me dió la taranta de seguir alfabeteándome (del librote es esa palabra). La Marina es alfabeta, dicen por el pueblo y qué verdad que dicen eso porque vieras como me resuelve ese librote que se llama algo así como diccionario de la lengua…y es en español, porque si no, ni para qué registrarlo.
Pues sí, Demetrio, simplemente Demetrio. Y voy a ir al grano, porque eso de rodear para llegar a la vueltecita de la media esquina y que quedemos en ele olo chico zapote, es mas mejor ir por el sendero rectecito, sin tapujos y ocho cuartos que para qué derramar la leche y después llorarla…
Ahí voy pues, como esa estrella fugaz que divisamos aquel día en la quebradita…una, dos y tres…es que es bien difícil sacar las palabras que están ensartadas entre la garganta y el corazón….y los dedos no me dan la confidencialidad (sacado del librote que me prestó la Marina) para escribir lo que me aguijonea por todas partes.
Pero aquí voy, Demetrio, simplemente Demetrio…una, dos y tres…me pediste la prueba de amor y te la di y desde que te la di, apartando las naguas del camino y arrejuntando las piernas para que vos me las desapretaras en después, porque era demasiado la lucha que dice el padrecito de la ermita, que así se llama eso de luchar contra que no me agrarre la tentación por todas las partes del cuerpo y de la interioridad (sacado del librote ese), que hasta de gallina sentía la piel de encima, pues …ay, ya ni sé por donde ando….a ver….ah, sí, que te di la prueba del amor que me rogaste incado en maíz ese día de la estrella fugaz…y entre que me arremolineaba contra vos, como un molenillo y me metía en mi nagua para taparme la cara roja de verguenza, pues pasó, Demetrio, lo que tenía que pasar porque vos me confidenciaste (sacado del librote de la Marina que es alfabetísima), que la estrella fugaz era una seña de que vos eras mío y yo tuya….
Demetrio, simplemente Demetrio….y desde ese día, vengo a la quebradita a llorar porque nunca más apareciste…solo en mis sueños que sueño despierta porque mis ojitos no se quedan cerrados por más valeriana que paso por la garganta…y que no me llega al cerebelo (sacado del librote de la Marina, que me prestó).
¿Onde te metiste, Demetrio? Me dejaste aquí, con sentimiento de que ya no soy yo y sin ni siquiera decirme que mi prueba de amor fue tan bonita como esa estrella fugaz que me presentaste esa noche requeteoscura en la quebrada…
Dice la Marina que para qué te dí eso, que eso no se le da a los hombres, aunque sean de buena voluntad, porque de enmediato (no sé si escribe así, pero me suena así y no diferencio en el librote la deferencia de la palabra) , porque dice la Marina, que de inmediatísimo se les trepa encima a los hombres el complejo de un tal Don Juan…la verdad y para serte sincera, no sé de qué Don Juan hablaba la Marina, pero me parece que es un señor que le gusta pepenar amores en las quebradas y cuando ya se trepan la nagua, pues se aburren y las dejan ahí sentadas esperando…
Demetrio, simplemente Demetrio….no quiero que me hagas lo que Juan le hace a las mujeres …ese Juan que a saber a cuántas dejó destempladas en la orilla de la quebrada…No me dejes Juan, que diga DEMETRIO, no me dejes así de destemplada….¿Onde andas, Demetrio?
Y para terminar esta carta que escribí con el amor de esa noche de la estrella fugaz, te digo algo bien lindo que encontré en ese librote que algo así decía (porque ya se lo devolví a la Marina y se me quedó en la mente algo de lo que medio leí solamente)…dice algo como que cuando entregas tu alma bajo el embrujamiento emborrachado de una estrella fugaz, no debemos de atarantarnos para sentirnos requetemal, al contrario, dice, aunque me late que me lo dice para que no me muera de malestar o de calentura. Pues dice la Marina que no me muera de nada, que mas bien que me sienta mejorada, porque esa luz, perdurará eternamente en quién nos levantó la nagua…y algo así también dice, como que el pachouli de la flor que el Juan o vos, Demetrio, arrancaron de su garden (en ingles, para que veas, Demetrio que hasta inglés estoy tratando de machacar para que me querrás aunque sea una migajita) dicen que se queda bien concentrado (del diccionario de la Marina) en la palma de la mano de quién cortó la flor del garden.
Esa consolación me queda solamente…la de que ese diccionario no esté trastabillado y que sigas oliendo mi olor, que ya no es el mismo, pero que es el olor que te regalé aquella noche que me pediste la prueba de amor…
La Gumer (de Gumercinda).